Durante el reinado de Isabel II, el 6 de noviembre de 1835, se constituye la Junta Preparatoria encargada
del examen de las credenciales de los diputados electos por la provincia de Albacete, que habían de
constituir la Diputación Provincial, y el día 8 del mismo mes se instaló en la Iglesia del suprimido
Convento de San Agustín durante la sesión celebrada bajo la presidencia del Gobernador Civil, D. Jorge
Gisbert.
Hasta 1880 la Diputación de Albacete carecía de edificio propio, por lo que cabe suponer que la
documentación generada desde 1835 sufrió los mismos avatares que la Corporación que, se trasladó en
varias ocasiones de sede, e incluso de ciudad, con motivo de la Guerra Carlista.
En la sesión plenaria celebrada el 7 de junio del primero de los años indicados se constata la creación del
Archivo que se instala en el edificio del Palacio Provincial, hasta que, en 1963 se traslada al sótano del
edificio de la Casa de Cultura, propiedad de la Diputación que había cedido su uso a este Ministerio.
El patrimonio arqueológico y bibliográfico de la Diputación de Albacete se cedió al Museo
Arqueológico y a la Biblioteca Pública. Consecuentemente, en sesión del 29 de noviembre de 1967 el
Pleno acordó la entrega de la documentación histórica de su archivo al Histórico Provincial. Dicha
cesión, realizada sin criterio y de forma totalmente aleatoria, produjo una inútil, ilógica e incómoda
dispersión y fragmentación de las series documentales y de la información, lo que en ocasiones
imposibilitaba la acreditación de los antecedentes que se solicitaban. Ambos archivos compartieron
locales hasta 1988, fecha en la que este último se trasladó a su actual sede. Quizá este maridaje sea la
causa de la dispersión de fondos entre las dos instituciones: beneficencia, audiencia provincial, gremio
de cuchillería, etc... cuyo origen y forma de ingreso no está documentada. En octubre de 2009 el Pleno
de la Corporación solicitó a la Junta de Comunidades y al Ministerio de Cultura la devolución de su
patrimonio documental, que se hizo efectiva en febrero de 2010.
Además de la cesión citada, los fondos de Diputación han sufrido la destrucción indiscriminada. Se han
podido constar documentalmente las eliminaciones efectuadas durante y como consecuencia de la
Guerra Civil: la informada por el Archivero - Bibliotecario al Pleno de 20 de junio de 1939 y la de 1942,
fecha última en la se entrega la documentación considerada inservible a las organizaciones de Falange
para la fabricación de pasta de papel.
Por otra parte, algunas series presentan grandes lagunas o vacíos documentales producto de la
mala gestión de los responsables del servicio o de traslados incontrolados de las oficinas.
No obstante todo lo dicho hasta el momento, parece de interés señalar que la historia de la
Diputación de Albacete respecto a su archivo también ha pasado por situaciones muy distintas. Así, en el
reglamento de Régimen Interior de 1836 se observa un tímido control de la organización de la
documentación. La Memoria del año 1928 dedica un apartado al archivo en el que se manifiesta el
interés de la Corporación provincial por conservar bien organizada la documentación.
Por otra parte, esta adminsitración ha contado con plaza de archivero en plantilla desde 1870 hasta la
actualidad. El primero de ellos fue, don Juan dde Dios Ruiz otros nombres ilustres fueron Don Rafael
Mateos y Sotos y don Samuel de los Santos Gallego, este último desde el año 1951 hasta 1981, fecha en
la que solictó la excedencia para dedicarse en exclusiva a la gestión del Museo; pues desde 1967
compatibilizaba los cargos de Archivero – Bibliotecario y de Director del Museo. Desde 1983 ocupa el
puesto de Archivera María Carmen Gil Pertusa.